8.3.11

Representando a España en el Congo, en el Día de la Mujer.

Junto con los embajadores de Francia, Estados Unidos, la Orden de Malta, Chad, Japón, etc. hemos asistido desde la tribuna de honor al desfile del Día de la Mujer en la República Democrática del Congo. Han sido cuatro horas en las que miles de mujeres han aprovechado para exigir, entre otras cosas, que cesen las violaciones y que haya paz. Vestidas con los trajes típicos africanos, elegantísimas, han desfilado delante del Palacio del Pueblo o Parlamento, en la llamada Avenida Triunfal de Kinshasa. La mujer del presidente del País, Olive Kabile, ha dicho en su discurso que la mujer congoleña es la clave del desarrollo del país.

9 comentarios:

Ricardo dijo...

Sin necesidad de disentir sobre la afirmación de la importancia de la mujer, también sería importante saber el por qué. De hecho comprender los motivos por los que sucede algo es la mejor forma de encontrar energías para afrontarlo.

Como no tengo conocimientos sobre la situación concreta sólo se me ocurre suponer que, posiblemente, sea la típica situación de marginación patriarcal que se le ha hecho y se le sigue haciendo tantas veces a la mujer.

Antropológicamente hablando hace mucho que quedó demostrado que las sociedades que marginan a sus mujeres son mucho más violentas e inhumanas.

Saludos.

Conchín Fernández dijo...

Opino igual Ricardo. Un abrazo.

Emilio Muñoz dijo...

Me ocurre como a Ricardo, que no sé de la situación de la mujer en estos países de los que se tiene tan poca información. Aún así, mi deseo es que aumente el papel de la mujer en el mundo. En todos los terrenos, pero especialmente en difundir una visión más humana -humanista-, solidaria y amable del mundo y de las relaciones entre los seres humanos. Falta nos hace.

Creo que también en ese terreno, tu visión y tu aportación puede ser muy valiosa. Lo que haces en este país va en ese sentido y es realmente digno de admiración.

Un fuerte abrazo.

Conchín Fernández dijo...

Gracias Emilio. Hoy he comido con seis misioneras españolas. La más joven tenía 65 años, pero todas rondan los 70-75. Son las últimas de Filipinas. No hay más. No hay vocaciones. Lo que hacen estas mujeres no tiene precio. Llevan 50 años viviendo en el Congo. Hablan lingala, kikongo y otras lenguas de la selva que sólo ellas puedan aprender. Ellas me han contado que el día que la mujer se libere en Africa, este continente podrá empezar a desarrollarse. Porque son las mujeres las que transmiten los miedos -supersticiones, brujerías...- a los niños (porque son ellas las que los crían, entendámonos, no es que los hombres no crean en estas cosas). Cambiar la mentalidad de la mujer, es cambiar la mentalidad de un pueblo. Y estas misioneras, han hecho ya una gran labor. Lo que no sé es quien va a seguir su trabajo, tan valioso.

Emilio Muñoz dijo...

Muchas gracias por tu aclaración, Conchín. Debo decir que entiendo tu preocupación y yo la llevo más allá. En un mundo donde la solidaridad se ha convertido en una mercancía más ¿quién va a mantener vivo el ejemplo de todas estas maravillosas personas que, más allá de la necesidad material (que también importa) llevan un mensaje de concordia, de afecto, de apego, de acogimiento, de solidario compartir? Ese mensaje que es tan necesario difundir en África, pero también en nuestro mismo país y en el mundo entero.

Y esto te lo dice alguien que no es muy religioso, pero que ve con profundo aprecio y afecto a cualquier persona que se empeña en hacer el bien, allí dónde esté, independientemente de sus creencias políticas, religiosas o de cualquier tipo.

Esa perdida de los mejores valores humanos que representa el que desaparezcan esas vocaciones misioneras, es lo que me resulta más desalentador. Por eso, sin ser tan valiente como has sido tú (¡cómo admiro tu ejemplo!) tengo un blog (uno de ellos -Homo Novus-) en los que planteo la recuperación de todos esos valores humanistas que han sido la semilla de lo mejor que ha dado la humanidad. Allí me apoyo en los clásicos (especialmente en Epicuro) y en los pensadores del renacimiento florentino, para plantar la necesidad de recuperación y renovación de nuestra vida, de nuestros ideales e, incluso, de nuestra forma de sentir y emocionarnos. En fin, es mi modesta aportación. Muy modesta, lo reconozco.

Lo que si te digo es que, en mi visión, no hago distinción entre hombre y mujer. El ser humano, como tal, debe ser mirado y vivido como tal, independientemente de su sexo, su color de piel, su procedencia, su origen social, su edad y cualquier otro rasgo genérico que se pueda establecer.

Solo reconozco un país, pues solo ha un mundo y una humanidad. Solo reconozco una entidad humana: la persona, el ser humano.

Debemos seguir trabajando en lo que creemos, pase lo que pase. Si renunciáramos a ello renunciaríamos a nuestra propia vida. La grandeza de lo que tu haces es muy especial y está marcando toda tu vida. Eso te dará alas y te traerá la paz de las buenas personas: la recompensa, a pesar de lo duro que pueda ser lo que haces, es muy grande.

Recibe mi admiración y mi aprecio por lo que haces y por tu misma ejemplar humanidad. Un fuerte abrazo. ¡Ánimo!

Conchín Fernández dijo...

Muchas gracias Emilio. Agradezco tus palabras. Te mando un beso muy fuerte.

Emilio Muñoz dijo...

Muchas gracias a ti, de verdad. Eres de esas pocas personas que no le ha afectado negativamente la popularidad. Y eso también me parece admirable, te lo aseguro.

Por cierto, llevas un par de semanas sin publicar. Ya se va echando de menos... :) Pero me gustaría proponerte un cambio de planteamiento (perspectiva) que creo que tu puedes hacer con facilidad. De hecho creo que perteneces a esa minoría de personas que lo pueden hacer con naturalidad. De hecho, creo que te agradará.

Preparo la explicación y lo cuelgo aquí, o te lo paso al correo de tu página web si ocupa mucho. Espero que no moleste porque te aseguro que lo hago con la mejor intención.

Un beso muy fuerte también para ti. Deseo de todo corazón que tengas una semana muy feliz. Extensivo para toda la buena gente que está allí contigo, "of course..." Ya sabes: alegría, la mejor medicina.

Emilio Muñoz dijo...

Mandado ha quedado, con más retraso del que esperaba. Y por correo electrónico, porque al final ha quedado un poco extenso. Espero que pueda serte de utilidad.

Mis mejores deseos siempre y que sean muy fructíferos tus días allí. Un abrazo muy fuerte.

Conchín Fernández dijo...

Gracias Emilio. Lo he leido. A veces da un poco de pereza publicar, porque o no fuciona el internet, o se va la luz, o la conexión es lentisima.