18.1.11

Estos niños no están muertos.


Están durmiendo. Hay más de 30.000 como ellos en Kinshasa. Sus padres los echan a las calles porque son incapaces de darles de comer. Aquí la pobreza es tan brutal, que prima el instinto de supervivencia sobre el de paternidad/maternidad. Una vez abandonados, tienen que buscarse la vida, totalmente solos, durmiendo en las calles, comiendo en las basuras, lavándose en los charcos. Si se ponen enfermos, simplemente, mueren. Si en España hubiera un solo niño viviendo así, sería noticia en todos los periódicos. Pero desgraciadamente, estos pequeños están en el Congo, y aquí a veces, me da la sensación, que son más importantes los gorilas.

16.1.11

Dos meses en Kinshasa


Hace dos meses que llegué a Kinshasa, una de las capitales, junto a Kabul, Afganistán, Mogadiscio, en Somalia, y Puerto Príncipe, en Haití, más pobres y destartaladas del mundo. Tomo prestadas las palabras de Mario Vargas Llosa para describir lo que yo veo cada día: "Todo Kinshasa, todo el Congo da la impresión de haber sido víctima de un cataclismo. Las notas de color y alegría las ponen los vestidos de las mujeres, las sombrillas de colores con que se protegen del sol y la airosa manera del caminar de las muchachas que llevan bultos y canastas en las cabezas. Hay en su andar, en su soltura y su elegancia una bocanada de vida entre tanta ruina, miseria y desperdicios".